Yo no puedo evitar sentir náuseas de veras con un tipo como Fort y todo lo que lo rodea.
...oooOOO {Bueno, al Rolls no le haría mucho asco; si nomás vendiéndolo, tendría como pa' rascar la lira hasta el próximo mundial sub 20}.
El tipo, desde la punta del jopo a la de los dedos gordos que, calculo, llevará bajo las botas, es un dibujo animado. Un muy serio y protagónico antagonista del héroe. Batman o Superman, enfrentados a un malo de éstos, se las hubieran visto seguramente en figurillas. Y Gatúbela de seguro terminaba empomada por este hórrido emperfumado al glacé.
Pero hay que joderse y reconocer que este tilingo es un capo. Culo ve, culo quiere. Y para colmo, culo coge también; porque al tuneado del caso, si hay algo que no se le ven, son las pérdidas. Lo que se le antoja, lo logra. Y yo, candidato a edil de los fracasados, no tengo modo de no envidiar un poco esa maldita habilidad que Fort demuestra para hacer la plancha, aun sobre el fétido lomo del Riachuelo. ¡Qué ambientún de lindos nenes! en los que se mueve como pez en el agua este sujeto. De seguro, todos buenos muchachos. Y trabajadores, ¡también!, más que los de un taller ...
...oooOOO {Lo qué es no tener qué hacer salvo rascarse el manubrio; hace días que, advertido de su presencia en todos lados, me puse a jalvearlo al mozo pa' ver si le descubría sus encantos}.
Parte a parte, sin dudas hermoso, una vez ensamblado, les quedó flor de mamarracho a los cirujanos. Como un florero ming, pero trucho.
Yo me siento libre de afirmar mi salmodia de las máscaras sin rostro original debajo porque sé que en el fondo, no me cree nadie. Pero si este señor lo afirmase, ¡otra que escuela crearía alrededor suyo! Con esa cara de muñeco inflable, de ésos que adquieren en secretas tiendas las señoras un poco pasadas de maduras, qué se podría creer que hay debajo sino otra máscara y otra y otra y así ... Alma no ha de tener, salvo alguna prima con ese nombre.
Pero, carajo, insisto; un capo el monigote.
¿Vieron el reallity que dicen va a conducir? Una suerte de machimbre entre Bachellor y mansión Playboy. Diez gatas de ésas como pa' afeitarse con las uñas -de las ganas-, junto al Apolo PET (de tereftalato de polietileno), conviviendo en una mansión de lujo. ¿Qué tul?
A mí un pelín de envidiota me da, debo confesar. Tener a esas diez lobunas todo el tiempo intentando complacer mis antojos, no es cosa fácil de renunciar.
_ Rafitaaaaaa!
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